sábado, 24 de diciembre de 2011

Viaje nocturno al séptimo cielo (Washington Irving )


Al llegar al tercer cielo, entraron con el mismo ceremonial. Estaba todo él cuajado de piedras preciosas, demasiado brillantes para los ojos humanos. Había un ángel sentado, de inmensa altura, cuyos ojos estaban separados por una distancia equivalente al recorrido de un viaje de setenta mil días. Tenía a sus órdenes cien mil batallones de hombres armados.

martes, 20 de diciembre de 2011

Para encender un fuego (Jack London)


Veinticinco grados bajo cero eran para él nada más que veinticinco grados bajo cero. Que hubiese algo más en ello era un pensamiento que jamás le cruzó por la cabeza.


jueves, 8 de diciembre de 2011

Corazón, el diario de un niño (Edmundo de Amicis)


Juro que te serviré en lo que pueda con la inteligencia, con el brazo y con el corazón, humilde y valerosamente; y que si llega un día en el que deba dar por ti mi sangre y mi vida, daré mi vida y mi sangre y moriré elevando al cielo tu santo nombre y enviando mi último beso a tu bendita bandera.

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domingo, 20 de noviembre de 2011

Apuntes para mis hijos (Benito Juarez)

Disgustado de este pésimo método de enseñanza y no habiendo en la ciudad otro establecimiento a qué ocurrir, me resolví a separarme definitivamente de la escuela y a practicar por mí mismo lo poco que había aprendido para poder expresar mis ideas por medio de la escritura aunque fuese de mala forma, como lo es la que uso hasta hoy.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Jane Eyre (Charlote Brönte)

Mejor es tener paciencia y obrar de modo que nadie sufra sino uno mismo


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domingo, 13 de noviembre de 2011

Sin novedad en el Frente (Erich María Remarque)


Los cañones que nos martillean sin cesar no están a nuestra vista; las líneas ofensivas del enemigo se componen de hombres como nosotros; pero estos tanques son máquinas, llevan cadenas sin fin, como la guerra; son la imagen misma del exterminio cuando implacables bajan lentamente al fondo de los embudos y vuelven a aparecer, irresistibles, verdadera flota de acorazados, aullando y escupiendo fuego; invulnerables bestias de acero que aplastan a muertos y heridos... Ante ellas nos encogemos dentro de nuestra delgada piel; frente a su colosal pujanza, nuestros brazos son como pajas, nuestras granadas de mano como cerillas. Granadas. Gases. Tanques... Triturar. Devorar. Morir. Disentería. Gripe. Tifus... Ahogar. Calcinar. Morir. Trinchera. Hospital. Fosa común... No existen otras posibilidades.

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martes, 8 de noviembre de 2011

El convenio de sir Dominick (Joseph Sheridan Le Fanu)


En ese momento, cercano a mí, escuché con desagradable sorpresa, una voz muy particular, que repitió estas palabras: "Comida para los gusanos, muerta y podrida.”


El sueño (Mary Shelley)

La época en la que aconteció esta pequeña leyenda que se va ahora a narrar, fue el comienzo del reinado de Enrique IV de Francia, mientras los demás traían la paz al reino cuyo cetro él había empuñado, fueron inadecuados para cicatrizar las profundas heridas mutuamente infligidas por los bandos enemigos.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Momentos estelares en la ciencia (isaac Asimov)


Esos momentos estelares de la ciencia que Asimov refiere en este bello libro, también son momentos estelares de la cultura humanística. Este recorrido literario por las biografías seductoras de Copérnico y Galileo, Newton y Lavoisier, Faraday y Edison, Mendel y Darwin, Arquímedes y Pasteur, Curie y Einstein, muestra y demuestra con elegancia narrativa hasta qué punto la comunicación entre el científico y el artista fue constante e intensa a lo largo de la civilización.